A primera hora vamos al pueblo de Borgarnes.
Después de pasear por sus calles casi desiertas vamos de compras y cargamos el carro, y eso que solo íbamos a comprar pan y leche porque de España nos hemos traído latas de atún, paté, jamón cocido, tomate, berberechos, sardinillas picantonas, arroz, espaghetti...(hasta completar los 20kg de peso permitidos en Wow)
En un Vinbúdin compramos cervezas y vino (en los supermercados no venden bebidas con alcohol, tan sólo en estas tiendas). El vino está muy caro.
La cerveza del país es asequible
A continuación vamos a Barnafoss, otra cascada como su terminación indica. Si pensamos que va a ser más de lo mismo estamos muy equivocadas. Todo aquí nos sorprende, el paisaje es tan cambiante... En esta cascada el agua se filtra por decenas de grietas, pero siempre con la fuerza Islandesa.
A mediodía tenemos que comer en el coche, porque llueve.
Después nos dirigimos a Eldborg. Justo paralelo a la carretera y entrando por una pista vemos una larga pared de columnas de basalto. Son formaciones muy características.
Y desde arriba, a lo lejos se ve claramente el cráter de un volcán.
Ya nos vamos a la península de Snaefellsnes, nuestro destino final de hoy. El GPS nos lleva por Grundarfjörður y pasamos junto al monte Kirkjufell, uno de los sitios más emblemáticos de Islandia. Hacemos la típica foto de la montaña con las cascadas delante y seguimos hasta Hellissandur.
Pasamos cerca del Snæfellsjökull (1446m). Es considerado por el movimiento Nueva Era como un importante centro de energía.
El alojamiento nos decepciona bastante, está muy descuidado y poco limpio, y encima es el único sitio donde vamos a pasar 2 noches! pero bueno, es lo que hay. No nos han dado llaves porque dicen que aquí no hace falta, que el nivel de delincuencia es nulo...
Después de cenar salimos a dar un paseo. El pueblo está lleno de murales de Graffitis, parece ser que es un centro cultural alternativo, pero no nos cruzamos con nadie.
Imaginamos que ésta es una barca "rompehielos"
Recogemos algunas piedras redondeadas y muy negras en una pequeña playa, para llevarnoslas de recuerdo.
Otra vez a dormir a las tantas!, pero la verdad es que no acuso la falta de horas de sueño.
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