Hemos dormido en una cabaña de 2 pisos, muy bien acondicionada. Era de 10 plazas, el único problema es que sólo tenía un baño.
Después de desayunar hay que volver a cargar todo de nuevo, pero ya empezamos a tener práctica, cada maleta tiene su sitio y queda todo bien organizado...más o menos.
Cuando en la carretera vemos este símbolo:
descubrimos que es el homólogo a
O sea, vista panorámica o punto turístico de interés. Siempre hay coches y/o autobuses aparcados.
Vamos hacia otra de las atracciones únicas de Islandia, un geiser. Aquí se hace más latente que caminamos sobre un polvorín.
Vuelve a ser un destino muy turístico y es curioso ver a la gente esperar a que salga el chorro de agua pacientemente. Más o menos esto sucede cada 10 minutos, unas veces es más alto que otras, pero en todas la gente exclama un "ooohhhh!!!!"
Hay una cafetería y una macrotienda de souvenirs. Islandia es un país caro hasta en los productos básicos. 1€ equivale a 125 coronas islandesas. La artesanía típica son los jerseis hechos a mano. Yo buscaba alguna talla de madera de algún dios vikingo (Odín, Thor...), pero la industria los ha sustituído por figuras de resina comerciales. Es un país impregnado de magia, creen en las brujas, los elfos, los troles, las hadas, los enanos, los duendes...
Seguimos nuestra ruta hacia Gulfoss (todos los topónimos terminados en foss hacen referencia a una cascada)
- -vík: Bahía
- -jökull: Glaciar
- -foss: Cascada
- -fjörður: Fiordo
- -fjall: Montaña
Los coches que normalmente circulan en verano son turismos más o menos "normales", pero de vez en cuando nos cruzamos con autobuses, camiones o todoterrenos con unas ruedas gigantescas! Imaginamos que son los que únicamente pueden circular en los meses más duros del invierno.
Ahora nos dirigimos a Thingvellir National Park, donde se juntan la placa tectónica americana y la euroasiática. Y donde se han rodado secuencias de la saga de Juego de Tronos. Estamos cansadas, hace frío y el cielo está nublado, tenemos el cansancio acumulado, sobretodo de los 420 escalones de ayer (x2), pero el escenario es fascinante, así es que nos enfilamos las capas y los pantalones de lluvia, compañeros inseparables, y ¡hacia la cascada de Oxararfoss! Caminamos por entre la brecha de la tierra.
El cielo se ha cerrado bastante, llueve y hay niebla. Decidimos dejar a un lado la visita a una iglesia con vidrieras así como a un faro, que teníamos previstas y nos dirigimos directamente a nuestro nuevo alojamiento.
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