Pasear por las tardes entre los campos de lavandines es una experiencia realmente relajante. Escuchas el zumbido de las abejas y te llega el aroma de lavanda. El paisaje se tiñe de malvas azulados...
abanicos
espigas
solitario
caminos
jugando con simetrías
1 comentario:
Qué pasote, Susana, qué lugar más bonito: me encanta. Así las fotos salen bien solas.
Un saludo
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