Después de tres días de sonidos continuos de helicópteros y aviones hoy llega el silencio, acompañado de desconsuelo y desolación. Mariola, nuestra emblemática sierra, ha sido víctima de las llamas. Tardará un tiempo hasta que podamos verla de nuevo vestir las faldas de su montaña con los tonos amarillos de la manzanilla en la noche de San Juan.
Son los almendros los primeros que nos despiertan del letargo invernal, inundando el paisaje de suaves tonalidades rosáceas. Y a ellos les siguen todos los frutales: manzanos, albaricoqueros, cerezos... Cada año la misma secuencia, pero no por ello menos hermosa.